Seguridad laboral frente al amianto y a la sílice: importancia del uso de EPIs

La seguridad laboral frente a agentes altamente peligrosos como el amianto y la sílice cristalina respirable representa una prioridad fundamental en numerosos sectores, especialmente en la construcción, demolición, minería, industria manufacturera y obras de mantenimiento. Ambas sustancias son reconocidas por su capacidad para provocar enfermedades graves e irreversibles, como asbestosis, silicosis, cáncer de pulmón y otras patologías respiratorias crónicas.

El amianto, también conocido como asbesto, fue ampliamente utilizado durante décadas por sus propiedades aislantes, ignífugas y mecánicas. Sin embargo, al manipular materiales que lo contienen, sus fibras pueden liberarse al aire y ser inhaladas, quedando atrapadas en los pulmones durante años.

Por su parte, la sílice está presente en materiales como el cuarzo, la arena o el granito, y al romperse o triturarse estos materiales, se generan partículas respirables que también pueden penetrar profundamente en el aparato respiratorio.

(Seguridad laboral frente al amianto y a la sílice)

Frente a estos riesgos, la prevención mediante el uso adecuado de Equipos de Protección Individual (EPIs) es esencial. A continuación, se detallan los EPIs más importantes para protegerse de la inhalación de estas sustancias peligrosas:

  1. Protección del cuerpo, vestuario de protección

Se debe utilizar vestuario de protección desechable, de CAT III, de acuerdo con la UE 425/2016, barrera partículas Tipo 5 (UN

E EN ISO 13982-1) y Tipo 6 (UNE EN 13034), además debe ser antiestático (UNE EN 1149-5).

Fundamentalmente este vestuario debe ejercer una barrera suficiente y r4esitstente a partículas secas peligrosas. Estos trajes deben cubrir completamente el cuerpo, incluidos brazos, piernas y cuello, evitando la acumulación de fibras o polvo sobre la ropa personal.

Así mismo se recomienda el uso de vestuario íntimo desechable.

  1. Protección respiratoria

El principal EPI frente al amianto y la sílice es el equipo de protección respiratoria. Se deben usar mascarillas homologadas, clasificadas según la norma EN 149, con un nivel de filtración adecuado.

Para exposiciones a partículas muy finas, como las del amianto y la sílice, se recomiendan las siguientes opciones:

Mascarillas auto filtrantes FFP3: Filtran al menos el 99% de las partículas del aire. Son recomendadas para tareas de corta duración y concentración moderada.

Mascarillas con filtro P3 acoplado a una media máscara o máscara completa: Adecuadas para exposiciones prolongadas o niveles elevados de contaminación.

Equipos motorizados de purificación de aire (PAPR) con filtros P3: Proporcionan mayor comodidad y protección para trabajos exigentes, ya que ofrecen un flujo de aire constante y reducen la fatiga respiratoria.

Es fundamental que el ajuste facial sea adecuado para evitar fugas. Por ello, deben realizarse pruebas de ajuste (fit test) y mantener un correcto estado de conservación y limpieza.

  1. Guantes y calzado

Para evitar el contacto con materiales contaminados, es esencial el uso de guantes desechables o reutilizables resistentes a abrasión y productos químicos.

 El calzado debe ser cerrado, impermeable y fácil de limpiar, y preferentemente debe cubrirse con cubre zapatos desechables durante la exposición.

 

  1. Protección ocular y facial

En tareas donde exista riesgo de proyección de partículas o polvo en suspensión, se deben utilizar gafas de protección cerradas o pantallas faciales integradas que impidan la entrada de partículas por los ojos.

La exposición al amianto y a la sílice representa un riesgo laboral grave, pero prevenible. El uso correcto de EPIs, junto con una formación adecuada y procedimientos de trabajo seguros, constituye la barrera más efectiva para proteger la salud de los trabajadores. Invertir en equipos de calidad y fomentar una cultura preventiva puede marcar la diferencia entre una vida laboral saludable y una enfermedad irreversible.

Seguridad laboral frente al amianto y a la sílice